M: Hola Da, qué tal, ¿cómo te va?
Da: ¿Quién eres?
M: Soy M., hace mucho que no hablamos
Da: Ahh, M. Si, como dos años, desde que empezaste con aquella chica. ¿Ya habéis terminado?
M: Bueno, nos estamos dando un tiempo. Y tu, ¿cómo lo sabes?
Da: Porque sólo me llamas cuando rompes con tus novios, novias o especímenes asexuados con los que te lías.
M: Hombre, no digas eso, tu a mi tampoco me llamas, ¡hace dos años que no hablamos!
Da: Pues por eso, estoy cansado de ser tu amigo tirita, búscate a otro y trátalo mejor, ¡ADIÓS!
En lugar de hacer esto, hoy me has llamado, dos años después, habiendo intercambiado en todo este tiempo sólo un frío feliz año nuevo por sms, al que has respondido sin demasiado interés, y hemos quedado para cenar este finde. Para que confirmes mis sospechas, llores tus penas y terminar en cualquier bar, bebiendo copas y bailando salsa, o lo que se tercie, hasta que vuelvas con alguien y me des de lado.
¿Es eso la amistad?
martes, 19 de agosto de 2008
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