Yo no consigo entender que, de un año para otro, tengas que empezar con la neura de las cremas, la arruga... vamos, el rollo del descolgamiento que nos venden en los anuncios, que ahora este rollo es unisex, ya no se acota sólo al género femenino. ¡Y todo, por que no se fijan en tí ni un poquito cuando sales!
Creo que es el síndrome de la "carne fresca".
Este síndrome consiste en que, al llevar ya un tiempo en el mercado de tu barrio/ciudad/zona de marcha, pierdes todo el interés para los ojos que te miran.
Todavía recuerdo el primer día que salí por la zona de Chueca, tan jóven, tan inocente y tan formalito. Había quedado con un chico para nuestra primera experiencia por el ambiente, que al final se cansó de esperarme (yo, soy mucho de hacer esperar a la gente). En la puerta del Corte Inglés de Princesa, jajaja, me acuerdo como si fuera ayer, luego estuvimos quedando en el mismo sitio y a la misma hora durante un año y medio o así, después, empezamos a quedar en el metro de Gran Vía, que es muchísimo más discreto que bajar en el metro de Chueca.
Cuando entré al primer sitio, recuerdo todas las miradas clavadas en mi, ¡QUÉ VERGÜENZA, Y YO SOLANAS A POR UNA COPA!, inmediatamente empezaron a pasar por delante de mis narices, toda clase de proposiciones, absolutamente deshonestas, y yo, allí plantado, con mi pantalón blanco, camisa rosa y sandalias negras (oye, que iba muy mono vestido), con cara de alelao ante lo que me decía la gente. De esto hace ya cerca de 10 años, cuando todavía el ambiente no estaba tan alocado, era de lo más jovencito que había por allí.
El caso es que ahora entras a un sitio, con el moreno de tres semanas vacacionales tostándote en la playa. ¡Tres semanas de cuidados! De estar dándote después de la playa el after sun, dos horas después la hidratante, el contorno, exfoliarte, hacerte limpieza de cara, la zanahoria para el moreneo, comer ensaladas para la línea, corres, nadas, andas, haces abdominales... ¡Y ni siquiera te dedican una mirada de más de 5 segundos!
¿Afán de protagonismo? Podría ser, pero es cierto lo de este síndrome.
Hace tres semanas estuve por tierras cántabras y me acerqué a un bar de ambiente, TODAS LAS MIRADAS HACIA MI. Subidón de ego y demostración de éste síndrome que aquí explico.
ERA EL NUEVO, al que había que escudriñar en busca de algo,
En el caso de las malas, algún defecto; en el caso de los posibles ligues, alguna forma de entrarme.
Tendré que ir mas a las provincias.
1 comentarios:
Da, qué chulo, qué bien explicado.. jo una década casi... algún día le regalaremos un post a esos Pedros, Raules Argandas, polvoronas y demás...
Publicar un comentario