sábado, 30 de agosto de 2008

Vacaciones...

Sin ordenador, sin tensión, haciendo deporte y sin preocuparme más que de volver en una semana.
Si pasa algo interesante... ya lo contaré.

DO, esto es para ti, anímate hijo, que más se pierden ellos si no te quieren allí, y tu, lo único que tienes que decirles cuando te llamente es..

KONICHIWAAAA


miércoles, 27 de agosto de 2008

La mujer de hielo


Así me siento cuando hablo con mis amigos y conocidos, y sale el tema: "El otro día lloré por...". YO NO LLORO.

Me pasa desde pequeño, una de dos, o no tengo la lágrima fácil o es que mi educación no me permite llorar, no lloré cuando murió Chanquete y Pancho corría por la playa pregonándolo a todo bicho viviente de Nerja "CHANQUETE HA MUERTO!!". Tampoco lloré cando vi al Príncipe portando la bandera en Barcelona 92, cómo lloraba la infanta, será eso lo que les diferencia de otras monarquías? que se les caen los mocos como a cualquiera cuando les da el sofoco y se jarta de llorar.

En el aspecto emotivo, me temo que soy igual, aunque esto me viene de familia. Nada de mostrar celos, cabreos, o sentimientos políticamente incorrectos, hasta que explotas. La última vez que lloré por eso, fue hace 10 años, pero estaba muy justificado.

No lloro en el cine, quizá algún pelo erizado con las escenas más emotivas, pero nada más.

De nada sirve llorar. Intenta solucionarlo, y luego reflexiona sobre qué ha salido mal para no volver a repetirlo. Si las lágrimas no van directas a un pantano, no servirán de nada, y además perderás un tiempo precioso en autocompadecerte. Y recuerda, la venganza... siempre se sirve fría.

Dallane dixit

martes, 26 de agosto de 2008

¡¡OOOOOOEEE, OE, OE OE!!

Qué bueno soy, no me puedo callar, ¡esta vez no me callo! Todos los que me conocen saben que a veces peco de modesto, salvo en el curro, que se que soy muy bueno, pero esta vez es cierto. ¡QUÉ BUENO SOY!

O somos, porque, el juego era por parejas y mi hermana ayudó muchísimo a una victoria, que, aunque no reconocida por los contrincantes, ya que se nos terminó el tiempo antes de finalizar el partido, demostró que un año de clases palazo va, palazo viene, dan su fruto. 7-6, 2-6, 2-4 (y el último les dejamos ganar, jejeje).

¡Palazo!, que me tengo que comprar otra pala, que se me está rompiendo, suena, cuál elegiré, me ha dicho el profe que me traerá una algo más barata así que tengo que esperar (suerte, porque a lo mejor me saca una de doscientos y pico euros por ciento y algo), pero que no se retrase... que yo para eso no tengo paciencia, y con las hostias que le meto a la bola, se me partirá por la mitad cualquier día.

Yo hubiese preferido aprender a jugar al tenis, todavía no descarto apuntarme el año que viene después del verano a unas clasecillas, se que a mi edad, no me voy a dedicar ni a eso ni a lo otro profesinalmente, y que la oportunidad de ganar millones de euros pasa por un buen euromillonazo que te toque. La razón de no haberme apuntado a tenis, fue cómo no, Do: "A los 29 no se puede aprender a jugar al tenis". Pues tiré hacia el padel (que super pijo, osea....). No me arrepiento.

Este año, los planes son apuntarme a ranking con un amiguete, a ver si jugando todas las semanas, y complementando con las clases, podemos ganar algún partido a los jugones, o incluso ascender de grupo.

domingo, 24 de agosto de 2008

¡¡CARNE FRESCAA!!

¡Lo que perdemos con la edad!

Yo no consigo entender que, de un año para otro, tengas que empezar con la neura de las cremas, la arruga... vamos, el rollo del descolgamiento que nos venden en los anuncios, que ahora este rollo es unisex, ya no se acota sólo al género femenino. ¡Y todo, por que no se fijan en tí ni un poquito cuando sales!

Creo que es el síndrome de la "carne fresca".

Este síndrome consiste en que, al llevar ya un tiempo en el mercado de tu barrio/ciudad/zona de marcha, pierdes todo el interés para los ojos que te miran.

Todavía recuerdo el primer día que salí por la zona de Chueca, tan jóven, tan inocente y tan formalito. Había quedado con un chico para nuestra primera experiencia por el ambiente, que al final se cansó de esperarme (yo, soy mucho de hacer esperar a la gente). En la puerta del Corte Inglés de Princesa, jajaja, me acuerdo como si fuera ayer, luego estuvimos quedando en el mismo sitio y a la misma hora durante un año y medio o así, después, empezamos a quedar en el metro de Gran Vía, que es muchísimo más discreto que bajar en el metro de Chueca.

Cuando entré al primer sitio, recuerdo todas las miradas clavadas en mi, ¡QUÉ VERGÜENZA, Y YO SOLANAS A POR UNA COPA!, inmediatamente empezaron a pasar por delante de mis narices, toda clase de proposiciones, absolutamente deshonestas, y yo, allí plantado, con mi pantalón blanco, camisa rosa y sandalias negras (oye, que iba muy mono vestido), con cara de alelao ante lo que me decía la gente. De esto hace ya cerca de 10 años, cuando todavía el ambiente no estaba tan alocado, era de lo más jovencito que había por allí.

El caso es que ahora entras a un sitio, con el moreno de tres semanas vacacionales tostándote en la playa. ¡Tres semanas de cuidados! De estar dándote después de la playa el after sun, dos horas después la hidratante, el contorno, exfoliarte, hacerte limpieza de cara, la zanahoria para el moreneo, comer ensaladas para la línea, corres, nadas, andas, haces abdominales... ¡Y ni siquiera te dedican una mirada de más de 5 segundos!

¿Afán de protagonismo? Podría ser, pero es cierto lo de este síndrome.
Hace tres semanas estuve por tierras cántabras y me acerqué a un bar de ambiente, TODAS LAS MIRADAS HACIA MI. Subidón de ego y demostración de éste síndrome que aquí explico.

ERA EL NUEVO, al que había que escudriñar en busca de algo,
En el caso de las malas, algún defecto; en el caso de los posibles ligues, alguna forma de entrarme.
Tendré que ir mas a las provincias.

miércoles, 20 de agosto de 2008

Luto nacional


martes, 19 de agosto de 2008

Viejos amigos, rencores olvidados

M: Hola Da, qué tal, ¿cómo te va?

Da: ¿Quién eres?

M: Soy M., hace mucho que no hablamos

Da: Ahh, M. Si, como dos años, desde que empezaste con aquella chica. ¿Ya habéis terminado?

M: Bueno, nos estamos dando un tiempo. Y tu, ¿cómo lo sabes?

Da: Porque sólo me llamas cuando rompes con tus novios, novias o especímenes asexuados con los que te lías.

M: Hombre, no digas eso, tu a mi tampoco me llamas, ¡hace dos años que no hablamos!

Da: Pues por eso, estoy cansado de ser tu amigo tirita, búscate a otro y trátalo mejor, ¡ADIÓS!


En lugar de hacer esto, hoy me has llamado, dos años después, habiendo intercambiado en todo este tiempo sólo un frío feliz año nuevo por sms, al que has respondido sin demasiado interés, y hemos quedado para cenar este finde. Para que confirmes mis sospechas, llores tus penas y terminar en cualquier bar, bebiendo copas y bailando salsa, o lo que se tercie, hasta que vuelvas con alguien y me des de lado.

¿Es eso la amistad?

lunes, 18 de agosto de 2008

¡¡WONDERJOCKS!!

La revolución ha llegado a mi vida.

El otro día, iba con mi amigo Do (si, es mi mejor amigo), a comprar un bañador para sus vacaciones.

— “¡¡DA!!, necesito un bañador para mi viaje a Creta. Quiero un bañador corto, pero no un turbo, y he pensado, ¿quién mejor que mi amigo para aconsejarme?”.
— “De acuerdo Do, ¿te parece bien que vayamos el sábado por la tarde?
— “Vale, pues el sábado por la tarde nos vemos”.

Después de buscar tiendas por Internet en los Madriles, que vendiesen:

1. Bañadores de hombre
2. Tipo deportivo
3. Pero no tipo turbo
4. Monos y elegantes…

Me decidí por un par, una de ellas, casualmente, una está dentro del ghetto gay del que parece que no salgo, pero en el que realmente tampoco estoy tanto tiempo.

En la página web de esta tienda, (a la que fuimos después de visitar un par de tiendas de deporte, en las que nos miraron extrañados al pedir un bañador corto), también había sección ropa interior, en la que me fijé en unos calzoncillos monísimos, con banda de nacionalidades, propiedad de España, por ejemplo, y que se me antojaron, son Slips, yo es lo que llevo, me gusta tener todo sujeto.

Do, espantado por la purpurina, brillos, y, seamos sinceros, afan de destacar de esos bañadores, optó por no comprar nada, "hay que estar muy bueno para llevar esto", me decía. Pero yo, trinqué dos de estos Slips de los que vengo hablando, uno de Italia, y otro de Escocia, blanco y azul, más mono.

A las dos horas del estreno, un dolor, una incomodidad... un yo creo que me los he comprado pequeños... Al llegar a casa, miré que no, que me estaban bien, pero... aglo me presionaba los mismísimos huevos. Así que toca el momento de investigar. Los miro, y parecen normales, salvo por una costurilla blanca que se encuentra por dentro ...

Vaya, he comprado uno defectuoso, así que miro la etiqueta y entonces LO DESCUBRO.

WONDERJOCK "If you doubt yourself, wear something else", es lo que pone en la etiqueta.

ME HE COMPRADO DOS WONDER PAQUETE SIN ENTERARME.

El sistema consiste en una especie de bolsita por dentro, en la que tienes que meter los mismísimos. Es como una bolsa escrotal de tu bolsa escrotal, con eso lo que hacen es que los recogen y realzan el bulto.

Si lees esto y piensas en comprarlos dos consejos...

1. Para ponértelo, debes de hacer lo que antigüamente se llamaba la colocación del paquete.

2. ¡¡¡CUIDADO!!! al ir al baño, que como se quede uno dentro y otro fuera, el dolor al cabo de 1/2 hora será insufrible.

Si quieres comprarte uno busca wonderjocks en internet, te saldrán varias entradas.

domingo, 17 de agosto de 2008

Las cosas, van cambiando ¿será la edad?

He recibido un mensaje en mi teléfono móvil.

En principio, esto no debería de haberme sorprendido (bueno, dada mi vida social últimamente, lo cierto es que si), pero es la contestación a uno que envié hace una semana.

Antecedentes históricos:
Sabado, hace dos semanitas, finalizamos la noche en aquél local de la zona de Chueca, ese que es tan pronto gay, como hetero, y que tiene gorila en el baño, un amigo y yo. Mi amigo, que se llama Do, se enamora como tantas veces a la vista de un hombretón alto de pelo en pecho y a mi me toca, por una vez, hacer de hilo conductor.
Acompañando al nuevo conocido se encuentra K. Hablamos, nos reimos y de repente Do me dice que hay que irse... así que nada, intercambiamos teléfonos y a casita a pata, que con esto de la crisis, hay que realizar planes quinquenales, a fin de ahorrar lo poquito que sobra de la hipoteca.

Cronológicamente y resumiendo, para no algargar demasiado la entrada:

Domingo tarde, hace dos semanas, mensaje:
K: me lo pasé muy bien anoche, a ver cuando nos vemos.
D: si, yo también, a ver si alguna noche cenamos... o algo.

...... una semana sin noticias.

El sábado pasado mando sms a K.
D. Qué tal, qué es de tu vida.
K. Quién eres
D. Soy D. nos conocimos la semana pasada.

Y hoy, una semana después:
K. Perdona, pero he estado una semana desconectado, vuelvo el 1 de sept. a ver cuando me invitas a cenar.

A CENAR, y encima pago yo? "Con lo que tu has sido..." como dice aquella canción.

Cómo han cambiado las cosas, antes era yo el que rechazaba invitaciones a cenar... y ahora, se autoinvitan a cenar, y pago yo... ¿será la edad?

Todavía no he contestado, tendré que comprobar en que plan va, aunque me da a mi que va de sobraito, y eso no me va nada, creo que se ha equivocado de acera, o al menos de persona, eso, según tengo entendido, es a las nenas a las que las gusta, y a mi, de momento, me gustan los tios pero no soy una loca de las de pluma y peineta.

sábado, 16 de agosto de 2008

Carta de ajuste y presentación

Bueno, aquí empieza todo... cuántos comienzos de blog habré leído y cuántos comenzarán así. No lo se, supongo que es una buena forma de empezar algo que se intenta cimentar, para que dure y se continúe a largo del tiempo.
Hablemos de mi, que, de momento, soy el protagonista absoluto de este primer espacio.
Tengo treinta, con todas sus letras y todos sus meses, los cumplí en junio. Aunque a veces la gente puede estar fastidiada al traspasar la barrera del 2... de edad, a mi no me ha pasado eso. Siempre he preferido relacionarme con gente más mayor, que tenga algo más que serrín en la cabeza y que te hable de algo más que de ropa, zapatos, o temas en los que realmente no encuentras una motivación para que el cerebro se encienda y empiece a funcionar.
Pero bueno, vamos al motivo por el que empiezo a escribir este, mi mini-espacio-reflexivo.
Hay veces que hay que aprender de tus propios errores, pero ... casi nunca lo haces, te preguntas el por qué ha terminado así esa situación y, sin saberlo —sólo pasado un tiempo te das cuenta—, vuelves a repetir la situación, con un resultado similar. Otras, sin embargo, te pasan cosas graciosas que no quieres olvidar. Como diría mi madre, gracias a dios, las últimas son las más frecuentes.
Por eso creo este blog, para intentar que no se me pasen cosas por alto, y no repetir situaciones incómodas, al menos, para mi.
Si lo encuentras navegando un día por internet, y lo ves interesante, entra, deja tu comentario, que será bien recibido, tanto positivo como negativo, no soy nada rencoroso.
Disculpad las faltas, acentos omitidos, y puntuación, pero nunca me llevé muy bien con ello y tampoco tengo tiempo para revisar concienzudamente los comentarios que dejo. Corregidme, siempre me gusta aprender cosas, cada día.