martes, 26 de enero de 2010
Bruselas, mi regalo de reyes
Así que este finde nos dirigimos al aeropuerto y rumbo a Bruselas con Ryanair. Una hora de autobús y unas paradas de tren, nos llevaron a la estación de Bruxelles Centralle. Allí Diego sacó un mail, que Marta, nuestra Cicerone (ahora sería cicerona con la ley de Igualdad?) y casera durante este finde, le había enviado. Después de buscar la Galerie de la Reine y el café donde habíamos quedado con ella, a pedir nuestro primer chocolate y un trozo de tarta. Después de un rato hablando de lo humano y lo divino, el camarero nos indicó amablemente, pero con firmeza el precio que debíamos pagar y que despejásemos mesa con las maletas.
Recorrimos la Galerie un par de veces y paramos en la esquina a esperar. 20 minutos después apareció Marta. Después de los saludos y besos... no la veía desde mi cumpleaños, nos dirigimos hacia su casa en bus.
Llegamos y nos quedamos con la boca abierta de la casa tan preciosa que tenía allí. Lo que más me impresionó el baño, más quisiera tener yo uno así en mi casa, o en mi mini-casa de madrid. Asearse un poquito y fuera, nos vamos a cenar y de marcha.
Al día siguiente, nos levantamos y nos vamos a la estación a coger un tren destino Brujas. Un día lluvioso que nos empapó los objetivos de las cámaras pero que nos pareció un bonito paseo por una ciudad de principios del siglo XIX. Vuelta al tren y sin parar en Gante. Noche de marcha de nuevo y vemos que el ambiente por allí puede ser divertido, pero, no tiene nada que ver con el de Madrid.
Vuelta de nuevo a levantarnos, ¿a Gante toca? Pues a Gante vamos. Corriendo para entrar en el museo de la inquisición. Día neblinoso y pesado, con frío, entramos de los últimos en el museo y nos causa mucha más impresión. Salida cuando ya prácticamente nos están echando el cierre y vuelta por Gante... creemos que nos hemos equivocado de camino y vamos hacia la ciudad normal, no hacia el casco antiguo. Después de un rato y ante la incipiente gripe de Marta, decidimos coger un tranvía hacia la estación para volver a Bruselas.
Vamos en el Tranvía mientras Diego dice... a mi esto no me suena... Que si hombre, que antes hemos pasado por un canal, ahora entramos en la estación y fuera...
Que a mi esto no me suena... que si hombre, tenemos que llegar en breves... pasados 5 minutos Diego decide preguntar a un par de chicos que había al lado si ese tranvía llevaba a la estación... Wrong way, nos dicen... y nos bajamos corriendo para cogerlo de vuelta hacia Gante... habíamos cambiado de ciudad, creemos.
Al bajar, en un barrio de clase humilde, nos fijamos a ver donde está la parada enfrentada. ¡Ay mira, ahí está! Marta sigue helada y con mala carilla... me fijo en la misma acera en la que estamos en el edificio señorial con jardín y verja que no pega nada con el estilo del barrio... un cartel... "Hospital psiquiátrico" AHHHHHHHHHH corre, corre, que nos meten en el loquero. Jajaja, qué risa pasamos ahí. Por nuestra equivocación decidimos que esta vez pagábamos el billete del tranvía así que 6 euros se nos fueron en la maquinita. Picamos, y preguntamos a un hombre cuando subimos, que nos dice que el nos guía al tranvía que va a la estación cuando nos bajemos en la última parada.
Después de estas andanzas y de esperar cerca de unos 15 minutos al tranvía que llevaba a la estación llegamos al tren y nos sentamos.
Ayudamos a Marta a terminar de hacer mudanza a su nuevo piso, más pequeño que en el que dormíamos y pero mucho más en el centro y puede ir andando al trabajo. Ella se queda a dormir allí y nosotros vamos al piso antiguo. Dormimos y a la mañana siguiente, hacemos las maletas y nos vamos a dar las llaves a Marta, que tuvimos que acercar a su piso, porque esa maldita gripe estaba empezando a hacer mella en su salud.
Chocolate para la familia. y a la estación de tren que nos llevará hasta el autobús que nos deja 45 minutos después de arrancar, en ese aeropuerto fronterizo del que Ryanair vuela porque sale más baratito.
En el aeropuerto al final volamos con uno de los amigos de Marta que vuelve a España porque se le terminó allí el trabajo y llegamos a Madrid donde teníamos hasta un granaíno que nos llevó en su coche.
Lo mejor del viaje: El buen rollo y lo poco que hubo que esforzarse por llevarnos todos bien... cuando sabes que la gente va de buen rollo, no hay ningún problema.
Lo peor: Qué clima, ni un rato de sol... aunque no hizo demasiado frío.
Una canción: Se acabó de María Jiménez.
Un Lugar: La cafetería en la que desayunamos el primer día esos chocolates copados por el pegote de nata y que nos encantaba.
Un Temor: El que Diego tenía y que no se quitó hasta que llegamos al autobús de vuelta al aeropuerto, de que no nos pillaran sin pagar en casi ningún medio de transporte utilizado.
Ya se lo dije cuando nos despedimos, pero muchas gracias a Marta por ofrecernos su casa y hacer de guía durante ese largo fin de semana.
viernes, 11 de diciembre de 2009
Tradiciones navideñas
La navidad, esa época en la que los niños son felices y en la que, a medida que nos hacemos mayores, más echamos en falta a las personas que faltan y que, desgraciadamente, sólo perduran en nuestro recuerdo. Su imagen, a veces, se vuelve tan lejana que hay que mirar una foto para acordarte bien de sus rasgos, esos rasgos que hace tiempo no pasaban inadvertidos en una calle llena de gente, por su andar, sus gestos, sus ademanes, su olor, que cada año más y más, se torna en un lejano y doloroso recuerdo.
Pero la vida sigue, así que, las tradiciones familiares de los Martín comienzan este mismo fin de semana. Damos como todos los años el chupinazo a estas fiestas, con la Comida navideña anual de la familia en la que nos juntamos todos. Mi madre, mis cinco hermanos, los respectivos de los que tienen pareja (vendrá alguien por mi parte?? o será todavía muy pronto...), las niñas, y como nos descuidemos tendremos que hacer sitio para Darío, que nacerá en Enero, a no ser que tenga prisa por salir —si hereda el gusto de la familia por la comida, estará presente ahí, o al menos se manifestará a modo de patadas y puñetazos en la tripa de su sufrida y amnegada madre—.
Este año el sitio elegido es "La Calleja" en Guadarrama, se come bien y en verano tienen un Salmorejo de quitarse el sombrero, pero con todos los que somos espero que no se agobien demasiado los camareros, creo que son tres ó cuatro para todo el restaurante (que tampoco es tan grande).
Risas, piques y recuerdos se juntan siempre en esta comida que no es la única (aunque casi) que hacemos todos juntos a lo largo del año, pero si que es la que más vena nostálgica y sentimental tiene. Recuerdos de cuando éramos pequeños; esas peleas cuando se iban nuestros padres de casa, siempre en dos bandos, el escondite "sustos" y los escupitajos que Diana tenía que sufrir en el suelo (al menos era parqué y era caliente) agarrada por uno y observando como poco a poco caía el hilo de saliba hacia su cara (que otra cosa no, pero torturadores hemos sido también un rato). Esa habilidad que tenía mi madre (la habrá perdido con la edad?), para acertar con la zapatilla en plena espalda cuando nos portábamos mal, sin quitársela del pie, mientras huíamos por el larguísimo pasillo de casa. Toda nuestra infancia nos hace, como a todos creo, esbozar una sonrisa y volver a tiempos en los que las preocupaciones no existían y en las que esperabas con ansia el día en el que Papá Noel llegaba en la mañana del 25 de diciembre, y nos dejaba el salón repleto de regalos para todos. El día 24 por la tarde que era el día oficial (y lo sigue siendo) de partir el turrón... nosotros alrededor de nuestro padre intentando pillar las migas de chocolate que quedaban en la tabla después de que cada tableta fuera partirda y puesta en la fuente correspondiente. Todo ello, por supuesto partido con el "cuchillo del turrón" (que no lo entendereis, pero es el mismo que el "cuchillo de partir melones", "cuchillo de partir sandías" y otras muchas cosas que había que cortar y partir en mi casa, y que por cierto, continúa estando aquí cada vez más ajado pero conservado para el ritual del 24 de diciembre, como siempre).
Me acordaré siempre de la mañana del 25 en la que levantados desde las 8 de la mañana apremiabamos a nuestros padres para que despertasen a los mayores diciéndoles: "¡JO! Es que duermen muchooooo". Esas indagaciones a través de las puertas con ese cristal amarillo de circulitos tan espantoso, que no dejaba ver más que las siluetas de los muebles más voluminosos del salón. El momento de abrir la puerta y ver que, efectivamente, no había pasado de largo y que este año seguián luciendo los regalos por el sillón azul pavo real y la alfombra, la mesita de centro y el arbol que estaba plantado en la esquina en la que, normalmente, estaba la mesita auxiliar con la tapa de mármol y las patas de madera de una forma extraña e inquietante.
Las tradiciones cambian, ahora en lugar de pasar el 24 y abrir los regalos el 25... se abren el 24. Por arte de magia, y siempre —¡QUE CASUALIDAD!—, mientras uno de nosotros enseña a las niñas cualquier cosa arriba, el salón —que no es el mismo que cuando yo era pequeño, ni tiene ese sillón tan, tan, tan azul—, vuelve a llenarse de regalos para todos, de nervios y el momento de abrir la puerta —ésta ya sin cristal y sin posibilidad de atisbar lo que hay detrás de ella—, vuelve a estar lleno de magia cuando todos los regalos se abren, y todo el papel empieza a caer al suelo dejando al descubierto abrigos, jerseys, bolsos, juguetes y mil cosas que hacen ese momento feliz, y que hace que te olvides de todo, y como un niño, lo único que te interese en ese momento sea pedir: "Mi siguiente regalo, por favor".
miércoles, 9 de diciembre de 2009
Nox horribilis
Aunque más que la noche, lo horrible fue la madrugada del domingo en la que me vi, sin saber bien ni cómo, ni por qué, en la calle a las 6 de la mañana, sin llaves y sin batería en el móvil.
La cosa ocurrió así...
Llegué a mi casa en taxi desde Príncipe Pío, donde acabábamos de cerrar la Riviera con otras tantas personas que tenían más ganas de marcha. Al buscar dinero para pagar no palpaba las llaves "no pasa nada, estarán en el abrigo".
Pero después de pagar y en la calle Bravo Murillo, mi imagen palpándome arriba y abajo sólo debía de ser comparable a la de cualquier cupletista principiante, cantando aquella cancioncilla que a todos nuestras madres nos ha cantado alguna vez "La pulga".
Después de comprobar que efectivamente no tenía las llaves, lo siguiente fue mirar el móvil y ver el aviso a pantalla completa de "batería baja". Madre mía, si yo lo que tengo que hacer es llamar a mi casa... pues lo apago y así llamo a una hora, digamos decente, para que bajen y me den unas llaves.
Lo siguiente fueron tres horas y media entre cafetería y una larga vuelta que me llevó prácticamente desde Plaza de Castilla hasta Gran Vía andando, y pensando dónde podía haber dejado las llaves. "Claro, con las prisas seguro que me las he dejado dentro y ni me he dado cuenta de que no he cerrado la puerta"; "Claro, seguro que me las han mangado, aunque cómo?" "Como un gilipollas, cómo puedo haberlas perdido por la calle?".
Pensando ya, a las 9.30 en lo que me llevaría el cerrajero de urgencia que iba a llamar antes de volver a la sierra, enciendo el móvil.
"Batería baja de nuevo, espero que me llegue para llamar a casa". Efectivamente, llamo a casa, explico toda la situación y oigo como empiezan a entrar mensajes en el móvil.
Al colgar empiezo a mirar los mensajes... tres de Dani y empiezan a entrar mensajes de llamada perdida.
Al final resulta que él tenía mis llaves, así que volví a llamar a casa para decir que no bajaran, a casa de Dani, hablando con su madre que le despertó. Taxi camino a su casa, llegada y tirada de llaves por la ventana... los detalles me los ahorraré. Pero al final la batería de mi móvil murió dando explicaciones.
Taxi de nuevo a mi casa (cuánta pasta me gasté yo en TP ese día?) 1/2 hora de carga a la batería y a coger el coche de camino a casa de la sierra.
¿Cosas negativas que saqué de esa madrugada? Casi todas.
¿Cosas positivas? Una rosa del desierto y una bolsa con dos libros que leeré en las navidades, todos ellos me llegaron a través de mi amigo Diego (Perdón no he cogido la bolsa del maletero hasta hoy y no la he visto, gracias por la rosa tunecina).
¿Misterios? Cómo llegaron las llaves de mi casa a las manos de Dani, ni él ni yo lo sabemos, pero... en estos casos lo mejor es que al final la cosa se soluciona y no hay que llamar a ningún cerrajero
martes, 27 de octubre de 2009
Últimos día de otoño, veraniegos
No, en estos años, el invierno no se instala desde el 15 de septiembre, sino que el verano se mantiene y nos regala durante unas semanas más, días de sol y noches frías en las que apetece dormir abrigado o, el que tenga la suerte de poder hacerlo, abrazarse a una fuente de calor humano.
En estos días de otoño, cuando el liquidambar que ya rebasa las vistas de mi ventana arde, y empieza a tirar sus encendidas hojas es cuando anhelas el verano que ya se ha ido, y que tardará en llegar 7 ú 8 largos meses en los que lluvia, viento, frío y nieve serán los que acaparen tu retina en los momentos distraídos en los que dejas volar la imaginación y por un momento, te evades del trabajo y de la odiosa pantalla que te ata en la oficina.
Ahora es cuando hay que disfrutar y aprovechar cada día soleado como si fuera el último, realmente no sabes cuándo llegará el invierno a sorprenderte.
Suele venir de noche, con grandes vientos de cambio que auguran la dura temporada que nos espera. A la mañana siguiente de su llegada abres la puerta y la cierras de golpe. Apenas sin respirar, instintivamente, te diriges al armario más cercano y sacas el abrigo más cálido guardado durante meses. Te lo abrochas, abres de nuevo la puerta, respiras hondo y mientras sales procuras proteger la cara de ese frío cortante que te deja con ganas de emigrar al trópico.
Inmediatamente abandonas tus ideas de mudanza, y piensas...
"Bueno, ya queda un día menos para volver al verano".
domingo, 25 de octubre de 2009
Mi post zaragozanóóóó
No conocía Zaragoza, y qué mejor oportunidad que un puente del Pilar en el que, encima, la casa sale gratis. No me puedo quejar ni del trato, ni de los lugareños y foráneos, y mucho menos me podré quejar nunca de cómo he comido (bueno, tal vez cuando me enfrente a la báscula).
Vamos con el resumen de la visita aunque, las lagunas mentales se acumulan todavía hoy en mi mente, a causa del alcohol y las horas en las que elijes quedarte en blanco, cuando duermes sin ninguna preocupación más que amarrar a la persona que tienes a tu lado rezando para que el tiempo se detenga. Lo único decepcionante de esto es que, aunque lo desees con todas tus fuerzas, no sucede.
Sábado: Salida de Madrid Estación Puerta de Atocha, vía 2, 15.30 con un libro en mis manos recién comprado en la tienda de la estación. Título "Desde mis tacones". El título va con efecto purpurina, se supone que eso le dará glamour, aún así, en un par de momentos nos sirvieron sus frases durante la estancia en Zaragoza para pasar algún buen momento.
Llegada a las 17.30 a destino, y a tirarse tocaba en el sofá antes de ducharnos, y arreglarnos para ir al centro a ver el paso de las Peñas, oír el discurso y empezar la marcha desenfrenada de aquella noche.
Cogimos la que, sin lugar a dudas, sería nuestra favorita y única línea de bus para llegar al centro. El 40 nos proporcionó transporte en todos nuestros desplazamientos durante las horas de salida de la casa. Con él llegamos al centro en cuestión de 15 minutos, apiñados dentro del TP (transporte público) que tantísimo me harta en horas punta. De ahí a ver el paso de las peñas que camino al ayuntamiento van ensuciando sus blancos monos de pintores con calimocho del que, por otra parte, hicimos usufructo un par de veces o tres; bueno, nosotros no fuimos, fue Dani, que como es mañico y le sale el acento, le da igual pedir una que cinco.
Una vez en la plaza del Ayuntamiento, y viendo desde el gallinero como los palcos empezaban a llenarse, y cómo el balcón central, esperaba ansioso a que Belloch y Labordeta diesen el discurso con el que iban a empezar las fiestas, encontramos unas peñistas, de no más de 16 añitos tiernos diciéndonos "LAS FIESTAS DEL PILAR, LAS MEJORES, EHHH!!" y "VAIS A IR AL INTERPEÑÁS? HOY VA A HABER POCAS ENTRADÁS, QUE VA A ESTAR MUY LLENÓ". Y es que en estas fiestas, con esa edad, y con ríos de vino peleón corriendo por las calles es lógico que se eleve la voz y aflore el sentimiento patrio que, por otra parte, el chuntista avivó con su corneta de pregonero, al empezar su interveción y con su "Somos", para terminarlo, así como las advertencias por el tranvía y la situación de la fábrica de Opel hacia el Alcalde (Anotar en la blackberry si vuelvo al pilar, aprenderse las cancioncillas de "El abuelo").
De ahí llegó el chupinazo, los fuegos que vimos entre las copas de los árboles, los apretones por salir de la plaza y llegar a cenar a algún sitio. Mini de Calimocho de camino a la cena, de garrafón. Estrellada en la cena, como los huevos, en general en ese bar no estaba muy bueno, pero al menos cenamos.
Vuelta de nuevo a la plaza a ver el concierto de Taxi, y rallada absoluta que contagiamos a nuestros flancos con la cancioncita de "La mejor variedad musicaaaaalll.. 100, 100, CADENA 100", que cantábamos en todas sus modalidades, creo que había una que era hasta un poco de regeatón.
Post-concierto, nos juntamos con un grupo multicultural de Erasmus y lugareños (¿Había algún lugareño en ese grupo?) a los que conocimos gracias a una amiga de Jorge que nos llevan a la cucaracha a beber los famosos "tócame los huevos". Después de veintinosecuantos chupitos, decidimos largarnos hacia otra zona. En el camino, copa en un bar de mala muerte y croqueta recalentada en el microondas, llegamos a la zona gay de Zaragoza... unas risas y el acoso de Dani al pincha pidiéndole la ya internacionalmente conocida como canción del 8. Después de eso taxi y a casica, con Dani de cuidados de urgencia y Jorge y yo quedándonos en la cocina a discutir sobre cuál es el peor dúo musical de la música española de todos los tiempos, y ganando por goleada "Retorciendo palabras" de Alaska y Marta Sánchez.
Domingo: Amanecemos sobre las 14.00 nos levantamos, desayunamos, hablamos un poco y decidimos que es demasiado pronto, así que nos volvemos a acostar hasta las 17.00 hora en la que nos duchamos y vamos al centro en nuestro autobús, afortunadamente mucho más vacío y con espacio para al menos poder cambiar de agarradera a barra de vez en cuando.
Dani nos relata el por qué de las tiendas de frutos secos en cada esquina de la ciudad, ¿será posible que no te pongan ni unas viles aceitunicas cuando pides una caña? Lo comprobamos al fijarnos en las mesas de los bares. No, no nos ha mentido.
Catedral por dentro, puente de piedra, el río y explicación de por qué la virgen lleva el manto blanco.
De repente llamada de móvil. AY DIOS LA SUEGRA, que está en la plaza y vamos a verla. Presentación dos besos y poca conversación sonrisa formal y planta firme (después me enteraría que pasé el exámen).
De nuevo, al piso a tumbarnos un poco y a ducharnos para otra noche de marcha. Salimos como a las 21.00 o así y cogimos de nuevo el 40 (afortunadamente, una vez pasado el pregón ibamos en pié pero no enlatados). Dirección zona Tubo, a cenar. Croquetas de Bacalao con trigueros; de jamón; de morcilla; huevos rotos con patatas y foie; y unos pinchos en otro sitio el mío de risoto.
Tras la cena, directos al Interpeñas en taxi. Música pachanguera en general. A casa pronto, que al día siguiente emprendíamos viaje a la capital.
El lunes, abrimos el ojo. Nos duchamos y vestimos, saliendo de la casa apresuradamente a ver la ofrenda a la virgen, qué de flores ese día, qué paseillo, qué galas, qué luz y qué día tan bonito para un acto que aunque religioso, tiene su encanto poligonero... ya que... me diréis si se puede ir a hacer la ofrenda a la virgen, vestido de maño, y con las gafas de sol en la cabeza.
Después a comer ballenitas y croquetas, último viaje en el 40 y a casita, me refiero a la de Madrid.
Viaje no sin sobresaltos incluyendo una reserva de gasolina que casi nos lleva a parada del coche en medio de la A2. Al final encontramos una gasolinera en el último momento, y no perdimos la esperanza gracias al GPS de mi móvil que nos marcaba la distancia a la que quedaba la gasolinera más cercana.
Muy buen puente.
viernes, 9 de octubre de 2009
Y Obama ¿Nobel de la Paz?
¿Por la ayuda humanitaria que da EE.UU. a los países del tercer mundo?
¿Por la ayuda humanitaria que manda EE.UU. cuando algún desastre asola una región del mundo?
¿Por tener el valor de hacerse las fotos con las hijas de ZP?
¿Porque él lo vale?
(Está el día llenito de preguntas)
No la sabremos nunca, las primeras impresiones de los comentaristas políticos aducen a su apoyo al desarme nuclear. Mientras Irán, Korea y no nos olvidemos de nuestra amiga Venezuela, ponderan por experimentar con ella (esto último es un apunte personal).
Bueno... pues nada, Vicente Ferrer, y otras buenas personas quedaron eclipsadas por la llegada del "cambio" que ha supuesto este hombre, lo malo de las grandes expectativas es que, si al final no las cumples, terminas siendo el gran fraude y no el gran salvador. Dejémosle el período de prueba de 4 ó incluso los 8 años si sale reelegido y veamos si el mundo cuando el se vaya es mejor. Ojalá.
La fundación del Nobel, se lo ha concedido por los "extraordinarios esfuerzos para fortalecer la diplomacia internacional y la cooperación entre los pueblos". Hummm, en un año? Dios, qué máquina.
ZP lo sentimos, porque este año tampoco te lo llevas por la "Alianza de las Civilizaciones", aunque las razones que la fundación Nobel aduce, podrían ser perfectamente las que tu postulas.
Enhorabuena, el "Buenismo" con el que empezaste, se ha puesto de moda.
A que no adivinas... ¿Dónde me voy este puente?
TOMA... toma (como diría Borja Pérez, del que me declaro fan absoluto, global y planetario... uy, quién me parezco?). Toda la semana preparando lo que me quiero llevar; toda la semana pensando, qué meto en la maleta; toda la semana planeando una sorpresa para mi cariñín; de repente todo anulado; y ahora todo vuelve a ponerse en marcha, eso si, con 24 horas de retraso.
Viernes: Salida de los Madriles a las 17.00, dirección Zaragoza, llegada sobre las 21.00. Dejar la maleta, cambiarse y salir pitando a "El Plata", el cabaret que abrió Vigas Luna en Zaragoza y al que me apetecía ir desde hace un tiempo, y aprovechando que estamos allí, y que a mi cariñin no le desagradó la idea... pues nada, reservar para cenar y espectáculo, después o quedarnos allí a tomar unas copas, o irnos para las fiestas... u otras cosas que no pienso comentar aquí.
Sábado, Domingo y Lunes (en el que volveríamos a Madrid, después de ver la ofrenda y cómo forman el manto de la virgen), estarían envueltos en una nube de amor, vaporosa, etérea y nebulosa que no podría amargar ni "el tato".
Pero "el tato" apareció ayer, y me vi obligado a anular el viaje, con la consiguiente desilusión de mi cariñín. 2 horas y 15 minutos tardé en ir y volver de Alcorcón ayer por la tarde de las 20 a las 22.15 (pero qué os pasa e la costa marrón? Creía que el tráfico no podía empeorar cuando me marché, pero.... resulta que ahora no está sólo en la A5, sino que dentro de los pueblos, estás atascado); si alguna vez me pierdo, no me busquéis en el atasco de esa zona.
Los hechos, se han precipitado, y al final, saldré mañana a las 15.30 en el AVE clase Club (qué chollazo las últimas horas de Renfe, muy aconsejables, si puedes esperar), y llegaré a Zaragoza a las 16.54 (ni 1.30 horas, pero cómo va el mundo de rápido). Ya he avisado a mi cariñín, y aunque nos van a recortar 24 horas de estar juntos, al menos, podemos pasar un puente del Pilar la mar de "bonico".
Así que, será la primera vez que monto en AVE.
¿Es como los aviones o se puede abrir la vetanilla?
¿Podremos hacernos alguna foto juntos en la que salgamos medianamente bien los dos?
¿Conoceré a la familia política?
Si la conozco ¿Pasaré el test?
¿Es demasiado tarde para ponerse a régimen?
¿Son demasiadas preguntas para que me las contestéis en los comentarios?
Todas las respuestas en el post post-puente.
P.D.: No podía dejar pasar la oportunidad de "felicitar" a mi mejor amigo por su viaje con su respectiva a tierras Vascuences. Aunque ya dije que no me parece a mi esa chica (que yo no conozco) trigo limpio, veo que a él le hace ilusión, y oye, lo que cuenta es que él sea feliz, así que, ahí va.
FELIZ PUENTE PARA TODOS
lunes, 28 de septiembre de 2009
Las desgracias de mi vecina
No, no me refiero a una guapísima, con un tipazo y que se coma sugerentemente un helado. No. Me refiero a una vecina de andar por casa, de esas que de repente ven el baño sucio y les da un fuleke o, que viendo como la mancha de tomate cae, a cámara lenta sobre el polo del niño que compró en la "semana fantástica", tiene mareos y debe de sentarse (siempre, por exigencias del guión) en la silla de la cocina llorando y lamentando su desgracia al saber que con su lejía perderá color la prenda diputada.
Las mujeres por definición, en publicidad son las sobreactuadas de los anuncios y las más desfavorecidas por los dramas cotidianos que a todos nos afectan normalmente.
Que la lavadora se estropea, no puede ser una simple avería. El técnico la sacará del "empotrao" de la cocina, y verás que no tiene solución. La cal, ha acabado con tus sueños y tu hijo tendrá que ir con manchas al colegio, a tu marido lo despedirán de la empresa y terminarás debajo de un puente, una vez el banco ejecute la hipoteca y tedesahucie. Y todo esto te pasará por usar un antical barato.
En el tema de las manchas, afortunadamente hemos avanzado mucho, ya no hay que frotar... MENTIRA, eso es publicidad engañosa. La Concha, siempre restriega y restriega antes de meter en la lavadora. Por suerte, esa señorita que viene del futuro con un mono blanquísimo y el pelo de paja azul, ayuda mucho al ama de casa corriente, y enjuga alguna que otra lágrima y salva de algún disgusto al ama de casa del sigloXXI.
También, las mujeres, se preocupan muy mucho por los productos que compran para sus suelos, aunque ahora han puesto un estupendo trozo demármol y una fenomenal y estilizada espiga de parquet para suplirlas, aunque, siguen siendo dos marujas las voces que están detrás de tan nobles materiales.
La limpieza de la casa, es algo en lo que quiero hacer hincapié, ¿cómo pueden tener las señoras de los anuncios la casa tan limpia? Se las ve bastantemarujas . Cómo pueden tener los inodoros con esos churretes negros, esos lavabos con esas manchas de cal (otras que ahorran); o los suelos con esas pisadas negras y pringosas —lo de negras si es el suelo blanco, lo puedo llegar a entender, que se marca todo, pero lo otro...—. Señoras, que van a grabar un anuncio, ¡¡LIMPIEN UN POCO LA MIERDA!! Y es que creo, que lamaruja corriente no vale para un anuncio de un "limpiatodo", tiene que ser una señora que de el pego, pero que tenga la casa guarrísima, y que no le de vergüenza enseñarla, para nada. Volviendo otra vez al tema, la Concha no serviría para eso, siempre está limpiando... "por si acaso vienen visitas".
Definitivamente no, no quiero tener esa vecina pesada que te pide limón, sino la que te pide quitamanchas, la que grita al niño que no juegue con la pelota en la cocina porque seguro que manchará la colada, o esa a la que, de tantoesnifar suavizante, se le aparece la virgen en forma de producto de limpieza. YO QUIERO TENER UNA VECINA DE ANUNCIO.