Qué suerte tenemos, los que vivimos en la sierra, los años en los que el otoño resulta ser un suave fin del verano.
No, en estos años, el invierno no se instala desde el 15 de septiembre, sino que el verano se mantiene y nos regala durante unas semanas más, días de sol y noches frías en las que apetece dormir abrigado o, el que tenga la suerte de poder hacerlo, abrazarse a una fuente de calor humano.
En estos días de otoño, cuando el liquidambar que ya rebasa las vistas de mi ventana arde, y empieza a tirar sus encendidas hojas es cuando anhelas el verano que ya se ha ido, y que tardará en llegar 7 ú 8 largos meses en los que lluvia, viento, frío y nieve serán los que acaparen tu retina en los momentos distraídos en los que dejas volar la imaginación y por un momento, te evades del trabajo y de la odiosa pantalla que te ata en la oficina.
Ahora es cuando hay que disfrutar y aprovechar cada día soleado como si fuera el último, realmente no sabes cuándo llegará el invierno a sorprenderte.
Suele venir de noche, con grandes vientos de cambio que auguran la dura temporada que nos espera. A la mañana siguiente de su llegada abres la puerta y la cierras de golpe. Apenas sin respirar, instintivamente, te diriges al armario más cercano y sacas el abrigo más cálido guardado durante meses. Te lo abrochas, abres de nuevo la puerta, respiras hondo y mientras sales procuras proteger la cara de ese frío cortante que te deja con ganas de emigrar al trópico.
Inmediatamente abandonas tus ideas de mudanza, y piensas...
"Bueno, ya queda un día menos para volver al verano".
No, en estos años, el invierno no se instala desde el 15 de septiembre, sino que el verano se mantiene y nos regala durante unas semanas más, días de sol y noches frías en las que apetece dormir abrigado o, el que tenga la suerte de poder hacerlo, abrazarse a una fuente de calor humano.
En estos días de otoño, cuando el liquidambar que ya rebasa las vistas de mi ventana arde, y empieza a tirar sus encendidas hojas es cuando anhelas el verano que ya se ha ido, y que tardará en llegar 7 ú 8 largos meses en los que lluvia, viento, frío y nieve serán los que acaparen tu retina en los momentos distraídos en los que dejas volar la imaginación y por un momento, te evades del trabajo y de la odiosa pantalla que te ata en la oficina.
Ahora es cuando hay que disfrutar y aprovechar cada día soleado como si fuera el último, realmente no sabes cuándo llegará el invierno a sorprenderte.
Suele venir de noche, con grandes vientos de cambio que auguran la dura temporada que nos espera. A la mañana siguiente de su llegada abres la puerta y la cierras de golpe. Apenas sin respirar, instintivamente, te diriges al armario más cercano y sacas el abrigo más cálido guardado durante meses. Te lo abrochas, abres de nuevo la puerta, respiras hondo y mientras sales procuras proteger la cara de ese frío cortante que te deja con ganas de emigrar al trópico.
Inmediatamente abandonas tus ideas de mudanza, y piensas...
"Bueno, ya queda un día menos para volver al verano".
5 comentarios:
Qué bonito cómo has descrito la transición que ocurre entre los días de otoño aún veraniegos y los que ya auguran el frío de los próximos meses. No sabía yo que la mujer de hielo tenía tanta sensibilidad...menos mal que ya está al caer el frío invierno pq parece que te estés derritiendo por momentos.
¿O será el amor el que te hace ser más humano?
Aunque hay un refrán que dice: el que es bicha es bicha y punto...jajajajaja!!
Un beso (pero de judas, eh?) ;)
Qué bonito "l'amor" y más cuando se hace.............
Por cierto, al foto, divina.
Cjun
¡Qué bonito! eres de los míos, nos gusta el buen tiempo y te entristeces solo de pensar lo largo, triste y frío que es el invierno, así que se agradece este tiempo que hace, que se alargue todo lo que quiera, yo encantada de la vida. Lo bonito del otoño es la gama de colores de los árboles, como el de la foto, preciosa.
Anoto la frase de la "usurpadora", esa que dice "el que es bicha, es bicha y punto".
En fin, que voy a contar yo de los inviernos. Que no se todavía como es un invierno en Madrid, a excepción de días contados. En cualquier caso, frío significa dormir "arrejuntao" con alguien, lo cual le quita un poco de "hielo" al asunto.
Lo bueno del otoño, para mi, son las fotografías. Y a ello estaremos pendientes este año.
Un abrazo
Pero ¿qué le pasa a este blog??? el autor se ha vuelto un poco perezosillo ¿no??? ¡¡Claro, se pasa el día gastando sus energías metiéndose con la adorable Pepi...!!
¡Ah! y el amor, que quita mucho tiempo ¿no? jejeje!!!
Muchos besos guapo, cuanto tiempo sin verte ya... jooooo!!!
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