Qué fácil, qué bonito

Qué bonito un mundo de color, en el que creciesen plantas de regaliz y el maná bajara del cielo simplemente con desearlo.

Qué fácil sería ir a ayudar a los niños africanos, chinos o afganos, que todo fueran palabras de agradecimiento, todo gestos amables y reconocimiento.

Qué bonito cobrar un sueldo mientras la única obligación es hacer tu instrucción diaria y aprender a manejar unas armas que, por supuesto, jamás usarás en combate real.

Qué fácil, firmar un contrato de dos años y a cambio tener comida caliente, alojamiento y dinero para capear la crisis, mientras el españolito de a pie, entre los que me incluyo, te lo pagan todo y te respetan por tu uniforme.


"Firma en este contrato, y todo lo anterior se cumplirá"



Desgraciadamente, y aunque el alistamiento al ejército, se ha disparado con la crisis a unos porcentajes jamás soñados desde su profesionalización (http://www.xornal.com/article.php?sid=20081014153438), no es todo tan bonito como se pinta en los cuatro párrafos anteriores.

Tu firmas un contrato para el ejército profesional de España. Un país que en principio no tiene posibilidad de entrar en un conflicto armado contra otro. Te estás equivocando. España está dentro tanto de la OTAN como de la ONU, por lo que, en el momento que cualquiera de estas dos organizaciones decidan entrar en un país con conflicto armado, se buscarán fuerzas entre los países afiliados a ellas. Y si, digo armado porque estos dos organismos de lo que tratan es de poner paz y mediar con la imposición de sus fuerzas internacionales.

Qué quiere decir esto?

Desde el punto de vista de la población, unos extranjeros llegan a tu país, e intentan imponer su voluntad, sin tener en cuenta ni la tuya, que eres legítimo ciudadano del país en conflicto, ni la de ninguna de las facciones que el conflicto tiene, por lo que ofrecen estas soluciones:

a) como todo en este mundo es política, tienen en cuenta la opinión de la facción que más se acerque al concepto democrático que estas organizaciones tienen y que menos problemas puedan dar en el futuro (lo que incluye contratos bastante lucrativos con compañías extranjeras de países a los que, casualmente, pertenecen estas fuerzas);

b) imponen un gobierno que la población no acepta y que estas organizaciones eligen a dedo, pero que, según nos presentan sus gabinetes de prensa, es un "gobierno de transición".

Estas dos opciones, llevan intrínsecos unos años en los que estas fuerzas se quedarán para "pacificar" el país (aunque, como vemos hay muchas ocasiones en las que el país se queda igual o peor de lo que estaba).

Si tienes en cuenta lo expuesto anteriormente, en un principio, por supuesto, vas a ayudar a la población, a construir infraestructuras, escuelas... pero también, vas a patrullar con una metralleta en al mano, en un carro blindado, a hacer controles en las carreteras para que los terroristas (que en otras épocas se llamaron fuerzas de resistencia a la ocupación, ya que para ellos tu eres el invasor), se atrapen, y terminar con ese conflicto, al final, por la fuerza, que es lo que te han enseñado en el adiestramiento que te han dado en los primeros meses de contrato.

Por lo tanto,

No es tan bonito ser un soldado sin vocación, que únicamente se ha alistado para capear la crisis, y ahora, se da cuenta, cuando le destinan a lugares como Afganistan, de que no es como se lo han pintado en los vídeos.

No es tan fácil ayudar a la gente que te ve como el invasor y que observa, que has entrado en su país para expoliar los recursos naturales y riqueza que su país posee.

No es tan bonito que, mientras hay países en conflicto permanente en África, se manden unas fuerzas "representativas" para ser políticamente correctos, y se dejen cometer genocidios que conocemos únicamente por la prensa, ya que sólamente, se podría negociar con la tierra roja de ese país.

No es tan fácil que una familia que pierde a su hijo, marido, padre, vea discusiones políticas sobre el distintivo que llevará la condecoración póstuma que ofrecen al soldado caído, y se quede callada.